El
trágico evento electoral del pasado domingo 9 de diciembre, donde se elegirían los
representantes de los concejos municipales del país, que terminó siendo un simulacro,
dio como resultado un mensaje claro de la población venezolana, que se traduce
en el anhelo de un estricto respeto a la Constitución y un fiel cumplimiento de
la misma por parte de las instituciones del Estado venezolano.
El
hecho de que, aproximadamente, un 73% de la población no participara en el
evento electoral, según el Consejo Nacional Electoral, no quiere decir que la población
haya perdido de la vista el poder del voto, ni se puede definir como abstención
electoral, por eso no le llame abstención, llámele desconfianza.
Desconfianza
en las instituciones del Estado venezolano, desconfianza en el ente rector
electoral, que según la Constitución, debe ser transparente e imparcial, cosa
que claramente no es así, desconfianza que se tiene en función del trato que ha
dado el gobierno nacional cuando la decisión de la mayoría no le acompaña en
sus caprichos.
Se
hace propicio mencionar, ejemplos claros de lo vulnerable que se ha convertido
la democracia en nuestro país; año 2015, elecciones parlamentarias, la oposición
venezolana ganó la mayoría del parlamento y de inmediato la reacción del
gobierno se tradujo en actos al margen de la Carta Magna, desde la impugnación de
resultados electorales, la reconducción de competencias importantes de los
diputados, hasta la violación de la inmunidad parlamentaria de los mismos.
Otros
ejemplos más recientes, son de los comicios de gobernadores y alcaldes, donde desde
el mismo momento en que se supo que algunos candidatos de la oposición habían resultado
ganadores, se les comenzó a entorpecer su camino poniendo sobre la voluntad
popular, los llamados “protectores”, que por cierto son figuras claramente
inconstitucionales, y por otro lado, nuevamente la reconducción de competencias
vitales que definían a los gobernadores y alcaldes electos, se hizo presente.
Hay
de aquellos que dicen “Votar es democracia”, pero yo les digo que la democracia
va más a allá del hecho del sufragio, también comprende en el respeto que se
debe tener por quien gane, en consideración con quien pierda. En Venezuela,
desde hace mucho no existe democracia, a prueba un botón, elecciones en la
Universidad de Carabobo, impugnadas por un ente sin legalidad ni competencia en
la materia, como el Tribunal Supremo de Justicia de Maduro.
A
pesar de que el evento del domingo pasado fue un escenario perfecto para que el
gobierno inflara los números y diera una gran impresión ante el mundo, pues siguió
con su mismo modus operandi, con amenazas y amedrentamientos, llevando a
algunos ciudadanos a votar, a través de lo que se denomina “El carnet de la
Patria”, sin embargo ni ese mecanismo los ayudó para demostrar gran participación.
En
tal sentido, puedo definir a los resultados anunciados por el CNE, como una
derrota contundente para el partido político del gobierno nacional, cada vez están
más solos, pero cada vez más intimidantes y obsesionados por el poder.
Es
por ello que, se hace inminente la necesidad de una oposición que sea adhesiva
y logre formarse con todos los sectores de la población que repudien al régimen
de Nicolas Maduro y deseen un cambio para el país. Si bien, para algunos, lo
ocurrido el domingo es una forma de lucha, pero ya vemos que no funcionó.
Tal
vez, el pequeño margen de oposición que participó en el simulacro electoral,
anhelaban ser útiles para Venezuela al momento de llegar a los puestos de
concejales, sin embargo les digo, siempre han sido útiles y ahora es donde mucho
más lo serán, comprendiendo a través de la madurez política lo importante que
debe ser la UNIDAD en cada paso que se da en busca de la Libertad.
Venezuela,
algunos dicen que ya estamos vencidos porque lo hemos intentado todo, pero no
es así, aún nos queda intentar trabajar unidos por un mismo fin, sin
diferencias ni complejos, en el momento que logremos entender que el objetivo
es Venezuela y que unidos somos invencibles, lograremos triunfar y salvar a
nuestra nación que está secuestrada por el miedo y la intimidación.
¡Cuando la tiranía
se hace ley, la rebelión es un derecho!
Simón Bolívar
@jamesrivast
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