viernes, 18 de mayo de 2018

¿Votar o NO votar? este 20 de mayo. Por James Rivas


Venezuela, país que atraviesa la peor crisis polifacética de su historia y una de las peores en Latinoamérica, está a horas de presenciar el fraude más grande y perturbador de su historia electoral y democrática, un simulacro electivo con características de elecciones oficiales, reconocidas y validadas por un Poder Electoral irrito y sin legalidad.

La democracia venezolana, llegó a ser modelo para Latinoamérica y el mundo, tras superar graves momentos de perturbación causados por dictaduras aberrantes que le antecedieron y que intentaron sentenciar el futuro de nuestro país.


¡Vaya!, luego de tantos años viviendo en una democracia que sirvió de modelo, con altos y bajos, fuimos víctima de la peor enfermedad en toda sociedad, “El Populismo”, enfermedad que llevó al pueblo venezolano a considerar como una “solución” a un tirano y golpista como Hugo Chávez, déspota y resentido social. En 1998 se comienza a escribir una nueva historia democrática en Venezuela.

En 1999 con un apoyo indiscutible a favor del presidente de ese momento, se inicia un proceso constituyente para la edición de una nueva Constitución nacional, donde se modifica considerablemente a la República y se inicia una nueva era jurídica en nuestro país.

Bajo el lema de un estricto cumplimiento de esa Constitución, el país observó paulatinamente, como los poderes de la República fueron politizándose, comenzando a atravesar los peores momentos de su vida republicana.

El mismo déspota que impulsó el nacimiento del nuevo orden constitucional, quiso en algún momento editar cierta parte de la misma, beneficiando claramente a su interés político personal, cosa que al pueblo masivamente no le gustó y rechazó, vale acotar que, esa fue la primera “victoria” electoral que Venezuela tuvo sobre aquel hombre, teniendo en cuenta que, a muchos de los que estaban a su lado tampoco les había gustado su sed de poder.

Tras esa cuestionada “derrota”, aquel hombre fue perfeccionando su poderío sobre los poderes constitucionales de la República, siendo tanto el descaro, que su vicepresidente ejecutivo antes había sido el presidente de aquel corrupto Consejo Nacional Electoral.

Hoy por hoy, nada ha sido distinto, todo está peor, la ideología y la parcialidad política han marcado la pauta, específicamente, en el Poder Electoral, donde se ha dejado en evidencia que la ciudadana que preside la principal magistratura del mismo, es claramente militante del partido de gobierno y que por obra y gracia de la “revolución”, cumple a cabalidad lo que el aturdido Diosdado Cabello le ordena.

Ese comportamiento, violatorio abiertamente de nuestra Constitución, Constitución redactada por ellos mismos, ha traído como consecuencia que tengamos a un Poder Electoral amañado y carente de la confianza de los venezolanos, generando alta abstención y decepción en los ciudadanos votantes en cada proceso.

Es necesario precisar que, en el año 2005 por un llamado a la abstención, el partido de gobierno logró posicionarse cómodamente en el parlamento de la República, sirviendo de sustento constitucional para que, el ya régimen de Hugo Chávez, abusara de su poder y ordenara por medio de su capricho socialista una ruptura de la armonía democrática que Venezuela conocía, transformando cada abuso en una ley sancionada por esa Asamblea Nacional.

Muchos condenan ese llamado a la abstención, olvidándose lo que ha sucedido con la actual Asamblea Nacional, electa en el año 2015, la cual ha sido burlada y minimizada por el desconocimiento injustificado del Poder Ejecutivo y demás poderes ilegales que le siguen el juego al primer mandatario nacional. Con esto quiero decir que, con o sin Asamblea Nacional, el gobierno quiso imponer su mano despótica sobre Venezuela.

Ahora bien, el próximo domingo 20 de mayo, se pretende llevar a cabo un parapeto electoral violando clara y nuevamente a nuestra Constitución, convocado y adelantado por aquel cuerpo sin vida y desvirtuado de la Asamblea Nacional Constituyente, se hace necesario decir que, en cada proceso electoral se han generado violaciones a la Carta Magna, pero sin duda, para el 20 de mayo la Constitución será la servilleta.
Abg. James Rivas

Es válido mencionar que, muchos preguntan el ¿por qué? se aceptó participar en las elecciones regionales y municipales, por lo cual les aclaro que esos comicios estaban claramente establecidos en la Constitución y los mismos estaban hasta vencidos, sin embargo, resultó muy contradictorio y costoso, aquel “acto político” que se consumó, y que hoy por hoy, tiene a los que ganaron por parte de la oposición, amordazados y de manos atadas.

El parapeto del 20 de mayo, se dará bajo las peores condiciones y sin garantías electorales, donde no habrá observadores ni acompañantes internacionales en todas las fases del proceso, serán avaladas por un CNE inoperante por su ilegalidad, que fue ratificado por un Tribunal Supremo de Justicia sin sentido constitucional, y tendrá en medio de sus candidatos a un presidente que ha sido suspendido de su cargo por consecuencias constitucionales.

Pero no sólo eso, sino que pregonan en sus discursos que en Venezuela existe un claro Estado de Derecho óptimo para unas elecciones, cuando anulan organizaciones políticas, inhabilitan y encarcelan a personajes políticos, persiguen a ciudadanos por pensar distinto, violan sistemáticamente Derechos Humanos e infunden terror en los centros de votación en cada proceso electoral.

Sobran razones, para que Venezuela el próximo domingo se abstenga a ser partícipe del peor intento de simulacro electoral que haya existido en la historia de nuestro país, y al mismo tiempo, para que demande ante la Constitución y ante el mundo, que el proceso que se llevará a cabo el 20 de mayo, está y estará viciado de nulidad absoluta, nunca existirá ni se consumará por carecer de legitimidad constitucional.

Allá cada ciudadano, mayor de edad y responsable de sus actos, que desee condenar su conciencia con el participar y pobre de aquel político que participe como candidato, consciente debe estar de su traición al pueblo y al mandato que ordena nuestra carta Magna, será participe también de la masacre de su vida política.

Lo que puedo observar, tras evaluar el comportamiento del régimen dictatorial de Nicolas Maduro es que, tal vez, Él y su gente no estén dispuestos a dejar el poder por la vía pacífica y electoral, por lo cual, se hará necesario el uso de aquel dispositivo constitucional expresado en su artículo 350.

Finalizo citando al pensador venezolano del siglo XIX Mariano de Briceño, que expuso sus ideas sobre las revoluciones el 19 de febrero de 1851 en el editorial de “El Diario de Avisos y Seminario de Provincias”, titulado “¿Debe o no admitirse el derecho de insurrección?”, donde nos dice:

“No puede negarse, cuando un mandatario, hollando abiertamente las leyes con que ha sido llamado a gobernar, o abusando de la autoridad discrecional que ejerce por voluntad expresa o tácita de los asociados, pone a éstos en el caso de, preferir los males de la resistencia, a los que sufren bajo de una espantosa y tranquila esclavitud”


Muchas Gracias.-
@jamesrivast

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