Aunque el tiempo de navidad
sea distinto según cada idiosincrasia, el merideño y el venezolano por su lado
acostumbra a pasarla en familia y con sus seres queridos, disponiendo el tiempo
en la hechura de hallacas, platos navideños y compra de juguetes, pero vaya,
este año parece ser la excepción.
Luego de ver el resultado de
políticas anacrónicas y desaciertos del gobierno nacional, en cuanto a la
economía se trata, o bueno, en todos los ámbitos, vemos como el bolsillo del
venezolano y el merideño cada día se ha visto más golpeado y empobrecido, este
año 2016, el llevar una hallaca o un pan de jamón a la mesa de comer ha sido
una hazaña y un reto gigantesco para cada ciudadano, debido al poco liquido
monetario que existe, a la fallas de los puntos de venta o sencillamente por la
falta del bolívar que ha generado los precarios aumentos de salario, esto se ha
hecho casi que imposible.
Cuando vemos con ojos de
asombro el alto valor de las cosas y se calcula el valor de la cesta básica nos
provoca salir corriendo, simplemente, porque tal vez nos hace falta una varita
mágica para dar solución a los gastos de nuestra navidad.