domingo, 25 de diciembre de 2016

¿Navidad Feliz?

Aunque el tiempo de navidad sea distinto según cada idiosincrasia, el merideño y el venezolano por su lado acostumbra a pasarla en familia y con sus seres queridos, disponiendo el tiempo en la hechura de hallacas, platos navideños y compra de juguetes, pero vaya, este año parece ser la excepción.

Luego de ver el resultado de políticas anacrónicas y desaciertos del gobierno nacional, en cuanto a la economía se trata, o bueno, en todos los ámbitos, vemos como el bolsillo del venezolano y el merideño cada día se ha visto más golpeado y empobrecido, este año 2016, el llevar una hallaca o un pan de jamón a la mesa de comer ha sido una hazaña y un reto gigantesco para cada ciudadano, debido al poco liquido monetario que existe, a la fallas de los puntos de venta o sencillamente por la falta del bolívar que ha generado los precarios aumentos de salario, esto se ha hecho casi que imposible.

Cuando vemos con ojos de asombro el alto valor de las cosas y se calcula el valor de la cesta básica nos provoca salir corriendo, simplemente, porque tal vez nos hace falta una varita mágica para dar solución a los gastos de nuestra navidad.


Los niños siguen siendo el blanco más débil y susceptible de esta crisis navideña, donde a los padres, si les quedo cuesta arriba llevar una hallaca a la mesa, les quedara mucho más inalcanzable el llevar el detalle de navidad, debiéndose a dos razones, la primera que tenemos a un san “Nicolas” ladrón de juguetes en Miraflores, que se vale de robar a distribuidoras como  Kreisel según “por acaparamiento” y prometiendo entregar los juguetes a los niños, pero generando en nosotros una pregunta “Epa Isidoro, ¿y dónde están los juguetes?”, y la otra razón es una realidad, el bolsillo se queda corto cada vez que puede, debido a que la inflación y el alto costo de la vida venezolana son las realidades más salvajes que vive el país.

Sin duda este tiempo  es una navidad atípica, donde el merideño y el venezolano se ha dispuesto a esperar al niño Dios, solo con anhelo y esperanza, ya que el mayor porcentaje de la población no le alcanzó para conmemorar la llegada del niño Jesús con su típica cena navideña, pero más allá de eso, hagamos un paseo por los hospitales de nuestra ciudad y del país y veremos como nuestros niños y nuestros adultos se están muriendo por falta de su real cena de navidad, los medicamentos.

El cinismo de los rojos es infinito, ya que vemos como el gobierno vive en un país distinto al que vivimos la mayor parte de los venezolanos, ellos viven en un país donde no hace falta nada, donde hay juguetes como arroz, donde el dinero no es una preocupación y donde más de 10 platos navideños son las opciones que les pone el Chef de la casa, y es sencillo discernir el por qué, y  sencillamente porque se han dispuesto durante sus mandatos a robar y a desangrar a nuestro país, viviendo felices y comiendo alegres con el dinero de los venezolanos.

Es momento de cambiar, es momento de mirar hacia el futuro sin Nicolas y su combo, es momento de decir, que así como esta será la última navidad de pobreza que tendremos los merideños y los venezolanos, será la última navidad que el gobierno estará rebozado de prosperidad a costillas del pueblo humilde y sabio de Venezuela, porque es la última navidad que Nicolas tendrá en el poder.

James Rivas UNT

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