jueves, 25 de enero de 2018

¿Votamos o nos abstenemos?. Por José Yovanny Rojas

Por nuestras propias experiencias debemos aprender que:

Ninguna de las dos.

Ninguna si votar significa acudir en las mismas condiciones, sin un plan contingente y engañando a los venezolanos que es suficiente el voto ciego. 


Ninguna si abstenerse significa quedarse en casa y esperar el anuncio tempranero que Maduro se quedará por 6 años más. 


No es suficiente para alcanzar la libertad los planes simplistas. 


Si todas las fuerzas opositoras se deciden por participar en las elecciones presidenciales deben hacerlo con la visión de protesta y boicoteo, no elevar expectativas de victorias, sino medios de lucha, si participan no es para anuncios de media noche con cara de sorprendidos, sin planes alternativos, sin coordinación técnica, sin actas, y con un pésimo "lo intentamos". De participar es para una vez más registrar todos los abusos, comprender y estudiar a fondo la maquinaria electoral del régimen, sus fortalezas y debilidades, necesitamos líderes que se crezcan ante el contrincante, no que se quede paralizado con su insuficiente voto pasivo.

Si la estrategia es la abstención, algo que ya lo hicimos el 30J-2017 de manera total, lo cual si tuvo efectos positivos (como la deslegitimación internacional de la ANC), sin embargo, sigue siendo insuficiente. Este camino amerita una sostenida rebelión civil coherente, necesita más calle, más protesta, más insistencia en quebrar al chavismo internamente, crear incentivos de rebelión a los cuerpos armados, mantener una representación sólida y unida ante la comunidad internacional para aplicar planes más efectivos, debe tratarse el tema de la intervención geopolítica de otras fuerzas: como Rusia, China e Irán, debemos seguir alimentado una amenaza real de intervención militar para que el régimen tenga incentivos de salir por las buenas.

Son muchas aristas, el tablero no solo es nacional ni unidimensional, si seguimos planteandonos dilemas simplistas he insuficientes, tendremos unos cuantos años más a nuestros opresores, estemos convencidos: es un problema ya del continente suramericano, y es un problema que trasciende lo electoral. 

José Yovanny Rojas
Mérida-Venezuela 

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